13/2/09

hOmE sWeEt HoMe



Yo, con mi manía de imprimir mi huella a los espacios continúo mi labor desperdigadora de objetos que me resulten agradables. Menos mal que Arturo me reprime mis ansias decoradoras y me recuerda que no tiene sentido volvernos muy locos pues esto al fin y al cabo, es un hogar temporal.

Si con la decoración me tengo que controlar no se pueden imaginar mis esfuerzos titánicos contra el deseo de comprar objetos para la casa. El piso anterior estba muy básicamente equipado y claro, aquí todo es tan barato que quiero comprar platos, vasos, cubiertos, más sabanas, toallas, esa lamparita qué mona , mira que lindos y que baratos el salero y el pimentero...

Y Arturo...

"muchacha!! qué vas a hacer con todo eso? vamos a tener que mandar un contáiner
pa Las Palmas con tanto utensilio...."

A falta de mis cuadros, obras pintadas por mi madre y por mi padre que decoraban mi salón puntero, postales de postal-free y trozos de revista decoran mis paredes para hacerlas un poco más mías... Le tengo pánico a la pared en blanco. Admiro a la gente que aplica el minimalismo a su vida y con poco hace suyo un espacio. Yo tiendo a desperdigar, a conquistar cada rincón llenándolo de mis cosas. Esto, sin duda, es una considerable pérdida de tiempo a la hora de limpiar, pero bueno, ser práctico no lo es todo en esta vida!
Otra manía, o costumbre son los mapas. Siempre me gusta tener un mapa cerca, en la nevera o en la pared. Me entretiene mirarlos. Ahora un mapa de Sudamérica decora una de mis paredes. Lo recorro una y otra vez soñando travesías imposibles que tardarían toda una vida en ser recorridas. Qué raro, casi todas mis "travesías imaginarias e imaginadas" acaban tirando, tarde o temprano, para la costa...



Pese a todas las molestias que nos ocasionó el tener que mudarnos la verdad es que ahora estamos de lujo. La nueva casa nos gusta mucho más que la anterior. Tenemos vistas al cerro, que por la lluvia luce un verde intenso, plagadito de árboles.



Los pajaritos cantan por las mañanitas y el gallo del vecino canta a las 5 de la mañana, cada día, puntual como un reloj, todavía flipamos con este punto bucólico en la ciudad, en breve creo que querremos matar al gallo del carajo.


Esta casita inspira cocinar, planchar la ropita y marujear a gusto... Tenemos hasta aspiradora. La dueña nos tiene encandilados. Es una piba joven y deja cochabamba porque se va a Panamá un año, a trabajar para UNICEF. Nos da hasta pena que se vaya.

Inauguramos el piso con champán o "Brut Sparkling wine" como ponía en la etiqueta. Californiano él. Qué cosa mas buena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Reniiii, qué guay está tu casita boliviana! la cocina es un poco más cutrillla, pero el salón con ese pisito de madera acogedor...me encanta. Ya te habrás enterado de que el sábado pasado Yera hizo una cenita en la casa de 1º de mayo, y...!no sabes cuántos recuerdos! nada más subir las escaleras ya el olor inconfundible me trasladó años atrás, y ya en la casa todo parecía haberse encogido, la cocina q siempre nos había parecido una pista de tenis, ahora parece má bien una de pádel, jejeje; las ventanas del pasillo, que antes nos sacaban tres cabezas, ahora nos asomamos en ellas tranquilamente, y bueno, qué decir de tu habitación!, quién diría q iba a ser la habita de tu sobrinito...en fin Rena, q no paramos de acordarnos de ti, sobre todo las primitas. Te quiero mucho... un abrazo grandísimo.

Renata Rivero Arencibia dijo...

joooo...qué bueno quei, me da tanta pena perderme esos momentazos! no deja de tener montón de valor simbólico el que Yera esté viviendo en la casa que nos ha visto crecer y en la que hemos vivido tanto. La verdad es que es genial que están aquí y podamos disfrutar todas de nuestro sobri. Nos acordamos montón de ti, porque Bolivia está llena de Queilitas en miniatura, sobre todo las niñas pequeñitas.
Oye, como que mi cocina es cutrilla? qué le pasa a ella? Ahí, se te vio el rejo de hija de decoradora, eh? JEJEJE
Te quiero mucho primu, abrazotes!!